Narraciones en Versos Folklore Esmeraldeño Nelson Estupiñán Bass
LA GUALGURA
I
Era una noche cerrada,
noche negra, noche obscura,
como todo era negrura
no se veía casi nada.
[…]
II
Por sobre el río y los barrancos
cucuyos y candelillas
restregaban sus cerillas
haciendo caminos blancos.
La obscuridad, como en zancos,
se encaramaba a lo alto
de los montes, en asalto,
y mientras todo moría
ella sola sonreía
andando de salto en salto.
[…]
III
Camino y oigo clarito
a una: gallina que llama
a sus hijos en la grama,
y oigo también los pollitos
respondiéndoles bajito.
[…]
IV
Y me pongo a caminar
esa noche de menguante,
va la gallina adelante
y sin cesar de piar
van los pollitos tras su andar.
Lejos quedan los potreros,
se borran ya los luceros
atravieso cien guandales,
mas los pollos infernales
se pierden por los senderos.
subo cerros, bajo llanos,
parece que ya los cojo,
mas me echan tierra en los ojos,
y se me van de las manos.
¡Malditos! –grito-. ¡Razanos!
Pero siguen avanzando
y yo sigo caminando.
pasamos cañaverales,
peñas, cerros, manantiales,
y ellos se corren piando.
V
Y al cruzar por un potrero
oigo decir: -Anacleta,
pásame acá la escopeta,
parece que anda un cuatrero…
-¡Ey –le grito-, compañero!
¡Cuidado, compadre Juan!
¡Comadre, soy Timarán!
-Compa, ¿en esta noche espesa,
-dice-, sigue usté la presa,
como si fuera un hulán.
Sale el compa a la ventana,
fumando una gran congola,
y el humo hace una bombola
en su cabeza ya cana.
sale su hija, campirana,
que por linda y por lozana
se parece a una mañana,
y me pongo a relatar
como hasta acá vine a dar
desde allá de la bocana.
-Ponga otra vez atención,
compadre, -me dice el viejo.
a usté, que dizque es conejo,
en esta triste ocasión
lo ha engañao la visión.
lo que en esta noche oscura
ha seguido, es la gualgura…
Oigo esto, y casi me asusto,
y tiemblo, como un arbusto
abatido en la llanura.
VI
Conversamos un momento
y prosigue cariñoso
el campesino canoso:
-Cualquiera que sea el tiempo,
haya lluvia o hay viento,
sale siempre a la llanura
por la noche, una gualgura,
como buscando un cristiano.
después se va por el llano
derramando su amargura.
-Adelante va la mama,
pían los pollos sin descanso,
y se van por el remanso
de la noche, llama y llama…
salimos a la ventana,
se agita en la noche obscura,
y se pierde en la espesura,
como un ave maldecida
que no topara guarida
que no topara guarida
en esta inmensa llanura.
VII
Regreso al rancho, ligero,
y en aquella obscuridad
me entra la curiosidad
de mirar el gallinero.
Me acerco con el mechero,
voy a todas las esquinas,
y observo que las gallinas
paridas, las ponendoras
y hasta las pollas solteras
duermen tranquilas, cual niñas.
Nelson Estupiñán Bass
Duelo de Gigantes
Timarán y Cuabú
Producción Gráfica 2001