I
La melodía se escuchaba en la bahía del Pailón,
pues piedras o lo que sea, la gente escuchaba el son,
según los sanlorenzeños, aseguran que proviene,
de una mujer muy hermosa llamada SIRENA.
Mitad pez, mitad mujer, con larga y rubia cabellera,
sentada en un gran peñón, sus encantos ponen en prueba.
dicen que es de oro su peine, que su belleza es sin par,
que el hombre que atina a verla ya no se puede escapar.
La mira, no más la miran, no se cansa de mirar,
y si intenta retenerla, se escurre al fondo del mar.
II
En cierta ocasión un joven, quiso en sus brazos apresar,
pero muy escurridiza desapareció en el mar,
más el precioso peine, en la roca se quedó
y el joven como recuerdo, a su casa lo llevó.
Esa noche fue terrible, en San Lorenzo ocurrió
truenos, vientos y aguaceros que los manglares tumbó.
El mar subía y subía, el cielo se desguindaba,
municiones que llovían y la gente que clamaba,
manglares hechos bagazos, uno sobre otro quedaban
como bomba de fuego, sus raíces arrancaban.
III
Nadie sabía los motivos, ni atinaba las razones,
el cura de la parroquia, repartía mil bendiciones,
hasta que por allí alguien gritó; ¡Es el peine! ¿Qué peine?
¡el peine de la SIRENA! Que Ambrosio tiene en la casa
y lo guardó en la maleta para que nadie lo viera
¡Ve muchacho! ¡andá a botá ese maleficio al mar!
Más luego por esa vaina, nos vamos a terminá.
Así lo hizo el pobre Ambrosio, la bella prenda arrojó
y la SIRENA tranquila, con su peine retornó
y la paz finalmente a San Lorenzo volvió.
Otomie Ramírez de Lemos
Narraciones en Versos
Folklore Norteño y Algo Más
Casa de Cultura Benjamín Carrión
Núcleo Esmeraldas
Editorial Horacio Drouet Calderón 2009