CULTURA E HISTORIA

Orígenes de los Primeros Contingentes Negros en la Zona del Pailón

Por MSc. Juan J. Arroyo C.

En tiempos de la Colonia, siglo XVI, los españoles explotaban los recursos naturales del Nuevo Continente, y la mano de obra indígena ya no era suficiente, por cuanto empezaron a tener problemas de salud, debido a que trabajaban en condiciones inhumanas y no rendían lo esperado, de modo que fue necesario la traída de contingentes de esclavos negros, para mejorar la producción minera, junto con actividades complementarias de transporte, servicios domésticos en haciendas, entre otras tareas.

Whitten (1992), cita a Friedemann  quien manifiesta que el contrabando de esclavos era llevado a cabo por los portugueses, holandeses, franceses e ingleses, quienes abastecían a los españoles con contingentes negros, originarios de Guinea Ecuatorial, Región del Río Senegal, Angola, Nigeria, Congo, Sudán, Costa de Oro y el Golfo de Benin o Costa de los Esclavos, obtenidos mediante la caza directa, la violencia y el fraude, para luego ser vendidos a diferentes precios de acuerdo al origen, sexo, edad, condiciones físicas y oficio(p.42).

El comercio de esclavos era una de las actividades más demandadas y lucrativas de la época. La Real Audiencia de Quito, El Virreinato del Perú, La Capitanía General de Venezuela, recibían contingentes negros ingresados por el principal puerto del Virreinato de Nueva Granada “Cartagena de Indias”. Whitten (1992) al respeto menciona: Los esclavos traídos del África eran desembarcados en Cartagena en condición deplorable, desnudos o semidesnudos, y portando una gran cantidad de enfermedades contagiosas […]. Tan pronto llegaban eran medidos, marcados y reducidos de seres humanos a la condición de “piezas de indias” (p.48).

El transporte de los esclavos por vía marítima […], la circulación de los buques negreros daba muestras de una organización financiera que se había preparado cuidadosamente en Europa. Permisos, entre ellos el famoso «asiento» o cosa convenida, contratos, monopolios de Estado, etc. reglamentaban el transporte de los esclavos y con este fin se había establecido en Sevilla una Casa de Contratación. Alemanes, españoles, portugueses, italianos, ingleses, franceses, daneses y otros fletaban barcos que llegaban a las costas de África cargados de productos de trueque e intercambiaban su carga por un cargamento humano […] (Unesco, 2001, p.49).

 En los primeros años de la conquista los negros esclavos introducidos por Cartagena procedían de Guinea y Cabo Verde, pero los enclaves de las costas africanas que proveyeron de esclavos durante toda la trata se extendían desde las costas de Senegambia hasta las de Angola. Entre 1550-1640, cuando la trata estuvo en manos de los portugueses, las tres cuartas partes de los esclavos fueron sacados de Guinea y de Angola. Al intervenir en el tráfico otras potencias europeas se introdujeron cambios en los lugares de procedencia. […]. El esfuerzo por descifrar este cúmulo de denominaciones ha dado resultados positivos en trabajos realizados por Curtin y Aguirre Beltrán y para la Nueva Granada por Germán Colmenares […], ha logrado establecer para algunos períodos el origen africano de los esclavos vendidos en Cartagena. Así, para los años 1705-1748 ha encontrado las siguientes regiones y grupos: SENEGAMBIA — Mandingas, Babara. Costa de LA PIMIENTA — Cetres, Canga. Costa del ORO — Minas, Caramanti. Golfo de BENIN — Ararás, Fon Lucumies, Popo, Aya, Camba, Cotocolí. Golfo de BIAFRA — Carabali, Ibo, Bibi. AFRICA CENTRAL — Congos, Luangos. Para este período, Costa del Oro y el Golfo de Benin proporcionaron más de la mitad de los esclavos. A partir de 1730 el Golfo de Fhafra y Africa Central comenzaron a desplazar esta fuente de aprovisionamiento. El mayor número de esclavos en este período era «minas», procedentes de la fortaleza de Elmina, levantada por los portugueses frente a la costa del Oro. Le siguieron en importancia los «araras», designación genérica para los embarcados en el golfo de Benin. Otras – denominaciones son los «fon», probablemente del sur de Dahomey; los «lucumies», de habla yornba del delta del Níger; los «carabalies», que podían proceder del puerto de Kalabari y serían grupos «Ibo» o «Ijo» o del viejo Calabar y se trataría de grupos «Efik» o «Ibi bio»; los «congos», muy numerosos en Cartagena procedentes de pueblos de habla flantú; los «mandinga», nombre con que se designaba a los procedentes de la región entre Gambia, norte de Gahana y Alto Volta. Otras muchas denominaciones como los angalo, mozambique, etc., aparecen también entre los esclavos vendidos en el puerto de Cartagena durante esos años (Gutiérrez,  s/f., p.193).

 Por otro lado, González(1893),relata que en el siglo XVI, las tierras esmeraldeñas estuvieron muy pobladas; había varias tribus de indígenas, entre las cuales se distinguían las de los Niguas, Lachis, Campaces, Malabas y Cayapas, con idiomas propios. Vivían también varios negros, quienes  eran náufragos que salvaron de un barco, que escolló en las costas de Esmeraldas, y ganaron tierra a nado; internándose después en el país, vinieron a ser los señores de toda la comarca. El principal de estos negros era Alonso Illesca, el cual había vivido en Sevilla y hablaba muy bien el castellano (p.20).

En el siglo XVII, grupos de esclavos negros, conocidos como cimarrones, huyen de las minas de Barbacoa en Nueva Granada, cruzan la frontera, sobreponiéndose a los peligros de la naturaleza y las inclemencias del tiempo, en busca de libertad. Los negros se expandieron por toda la costa Norte del Ecuador, y encontraron en la zona del Pailón, uno de los escenarios ideales para la subsistencia, clima caluroso, manglares y bosques similares a los de sus propios países de donde fueron raptados.Al respecto se sostiene que “Los negros importados para trabajar las minas de la zona de los Barbacoas de Colombia a mediados del siglo XVII son los primeros cuya presencia cerca del norte de Esmeraldas está verdaderamente documentada”  (West, citado por Whitten, 1992, p.42).

Maldonado recorrió una ruta para el camino de Ibarra a Limones, remontando las cabeceras del río San Miguel hasta encontrar una buena vía para subir al centro de Yanaurco, cerca de Otavalo. Entre las motivaciones para emprender dicha obra se encuentra la posibilidad de control de un recurso recién descubierto, el oro del río Santiago, lo que suponía el establecimiento de distritos mineros que podían ser abastecidos con los productos de Ibarra, al tiempo que mantenían habilitada la nueva vía. El contrato de construcción de este camino estuvo a cargo de los mulatos Francisco y Santiago Rosero, vecinos de Palma Real, quienes trabajaron el camino desde Alto Tambo  hasta el río Turubí donde se pensaba establecer el embarcadero, bodegas y casas de viviendas. Con la nueva vía, mineros de Tumaco, Popayán y Barbacoas solicitaron a Maldonado, en su calidad de Gobernador, la adjudicación de tierras realengas para iniciar el entable de las minas, así como el permiso para introducir ganado para la manutención de las cuadrillas de negros que se pensaba trasladar. Estancio Amaral, natural de Barbacoas, propuso como sitios para edificar sus minas aquellos que se encontraban entre Lachas y Malbucho. La documentación certifica la presencia, a partir de 1738, de asentamientos mineros en las márgenes del Santiago, Bogotá, Cachaví, Guembí y Zapallo, cuadrillas que oscilan entre 19 y 55 negros esclavos. También trabajaron los Cayapas, pues la carta enviada por el cacique Gerónimo Udapa al Protector General refiere los malos tratos que les dan españoles, negros y mulatos, así como de la población que se ha reunido  por parte de Maldonado para establecer el puerto denominado Palma Real, donde ellos hacen e servicio de centinelas(Nevárez, 2006, p. 266).

En 1805, “El Presidente de la Audiencia de Quito […] manifiesta que a consecuencia de la Real orden de 28 de Diciembre de 1801, por la cual se mandaron entregar 4 mil pesos para la apertura y establecimiento del camino de Santiago al sur y puerto de la Tola, hizo formar el correspondiente itinerario, levantar la carta geográfica del terreno y después se formalizaron las tres poblaciones de San Francisco de Carondelet, Malbucho y Nacientes; […] Igualmente hace presente que para trabajar en la referida apertura al camino arbitró comprar 52 negros, que según consta costaron con su conducción y manutención 12 653 pesos 6 reales (Nevárez, 2006, p.393).

Por su parte Kolberg (1996), refiere que para 1854 un extraño aspecto, de nada semejante a la comarca selvática de Esmeraldas es el que ofrecen un par de aldeas de negros en el río Santiago, Uimbí  y Cachabí. Parecen prevenir del tiempo de la abolición de la esclavitud. Los primitivos esclavos se fusionaron y se establecieron con la mayor naturaleza como en África (p.208).

En el año de 1899, en Colombia comienza el conflicto violento entre conservadores y liberales “La Guerra de los Mil Días”, que provocó la salida de muchos hermanos colombianos hacia San Lorenzo del Pailón y otros territorios del país.

Como se puede observar la población negra de San Lorenzo del Pailón obedece a un sinnúmero de migraciones desde tiempos coloniales que dejaron una enorme huella africana.  Contingentes negros que llegaron unos en busca de libertad, otros traídos en calidad de esclavos para trabajar en las principales minas, asentadas en Cachaví y Guembí y la construcción del camino de Malbucho. Grupos negros que dieron una nueva fisonomía cultural a la región del Pailón. Una cultura con sus manifestaciones culturales, artísticas, espirituales y sociales, que se expandió por todos los rincones de estas tierras, y que se expresa en sus mitologías, cantos, danzas, cuentos, leyendas, décimas, tradiciones, creencias, y gastronomía, y son referentes de potencial etnográfico las parroquias de Ricaurte, Carondelet, 5 de Junio, Calderón, Santa Rita, San Javier, Urbina y Concepción.

Bibliografía

Whitten N. (1992). Pioneros Negros. La Cultura Afro-Latinoamérica del Ecuador y Colombia.  Centro Cultural Afroecuatoriano. Quito- Ecuador.

 González F. (1893). Historia General de la República del Ecuador. Segunda Edición. Ariel. Guayaquil- Quito Ecuador.

 Nevárez B. (2006). El Camino a la Mar del Sur. Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo Esmeraldas.

 Gutiérrez I. El comercio y mercado de negros esclavos en Cartagena de Indias (1533-1850) Universidad de los Andes-Bogotá. Recuperado de https://revistas.ucm.es/index.php/QUCE/article/viewFile/QUCE8787120187A/1778.

 Unesco (2001). De la Cadena al Vínculo. Una Visión de la Trata de Esclavos. Memoria de los Pueblos. La Ruta del Esclavo. Recuperado de http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001244/124486s.pdf.

 Kolberg J. (1996). Hacia el Ecuador – Relatos de Viaje. Colección Tierra Incógnita. Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Ediciones Abya-Yala. Quito – Ecuador.

Fotografía cultural de la parroquia Carondelet – Fuente Nixon Mina.

 

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